El queso y los productos lácteos a menudo se señalan como dañinos debido a su contenido de grasas saturadas. Sin embargo, lo cierto es que son muy útiles y no debemos privar a nuestro organismo de sus beneficios. Lo único a tener en cuenta es la cantidad de queso y productos lácteos por día. Exagerar es perjudicial, no el queso en sí.
¿Para qué sirve el queso?
Contra las enfermedades cardiovasculares
Un estudio publicado en el British Journal of Nutrition encontró que los franceses, que tienden a comer mucho queso dada su cultura alimentaria, tienen niveles de colesterol muy bajos y sufren menos enfermedades cardiovasculares.
El queso contiene vitaminas útiles del grupo B, que contribuyen a la salud no solo del corazón y los vasos sanguíneos, sino también del sistema nervioso y los huesos.
Reduce el riesgo de diabetes
El queso favorito reduce el riesgo de diabetes entre un 2 y un 8 %, siempre que lo comamos regularmente durante 100 años. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en 2016 descubrió que comer una pequeña cantidad de queso diario reduce los riesgos de diabetes tipo 2. La grasa saturada del queso reduce los niveles de azúcar en la sangre, extendiendo el tiempo hasta la próxima comida. Una persona no siente hambre durante mucho tiempo, por lo que el cuerpo tiene la oportunidad de procesar los nutrientes de la última comida.
El calcio del queso está relacionado con la insulina. Suprime su secreción, protegiendo así al páncreas del agotamiento y la reducción de la secreción de insulina, lo que podría convertirse en diabetes más adelante en la vida.
Estimula la longevidad
Suena como una exageración, pero es un hecho. Cuanto más regularmente comemos queso saludable, más aumenta la esperanza de vida promedio. Esto está demostrado no solo por una serie de estudios extranjeros, sino también por nuestra experiencia. Los abuelos de nuestros pueblos comen sobre todo quesos y productos lácteos naturales, lo que contribuye a aumentar la esperanza de vida media.
Reduce el colesterol
Contrariamente a la creencia de que el queso causa colesterol alto, esto no es cierto. El caso es similar al de los huevos, que recientemente han sido satanizados por algunos defensores de la abstinencia de carne y productos lácteos.
De nuevo, la cantidad de queso y huevos ingeridos es importante. Si está en los niveles normales de ingesta, no hay forma de aumentar el colesterol, al contrario. Los ácidos grasos saturados del queso ayudan a reducir el colesterol malo y aumentan el colesterol bueno, que es necesario para muchos procesos celulares.
La vitamina K2 y el calcio que se encuentran en el queso juegan un papel importante en la transferencia de grasa a través de los intestinos.
