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Gluten es una proteína que se encuentra únicamente en plantas como la cebada, el centeno, la avena y el trigo. Casi todos los panes, bocadillos, pastas e incluso las salchichas contienen esta proteína.
Probablemente no lo sepas, pero bastantes personas son intolerantes al gluten. Los consumidores de productos con gluten rara vez prestan atención a algunos de los principales síntomas reveladores de la intolerancia al gluten.
No se deben descuidar porque esta proteína puede dañar gravemente la salud. Te compartimos tres razones que te harán reducir su consumo.
Cuando desarrollas sensibilidad al gluten, tu sistema inmunitario envía anticuerpos que atacan las partículas inflamatorias del gluten. Los anticuerpos que atacan a la gliadina, una glicoproteína contenida en el gluten, suelen atacar por error algunos órganos y sistemas del cuerpo.
Estos pueden ser la piel, la glándula tiroides, el cerebro. Este proceso se llama mimetismo molecular. El gluten hace que tu cuerpo se ataque a sí mismo en varios frentes. La intolerancia es más difícil de establecer.
Es importante que cuando padezcas una enfermedad autoinmune te hagas una prueba de intolerancia a esta proteína. Por otro lado, los expertos aconsejan a aquellas personas que tienen una intolerancia comprobada que se hagan pruebas de enfermedades autoinmunes.
El consumo de gluten puede dañar su piel. La inflamación que ocurre en su cuerpo cuando consume alimentos que contienen gluten también puede afectar su órgano más grande, la piel.
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Acné, por ejemplo, es un problema grave de la piel que ocurre con mayor frecuencia como resultado de fluctuaciones hormonales. Cuando ingieres gluten a través de los alimentos, tu cuerpo reacciona a la irritación constante que causa un aumento en los niveles de la hormona cortisol.
Sus altos niveles pueden provocar no solo un aumento del peso corporal y un deterioro de la calidad de vida, sino también la aparición de acné. La salud intestinal es esencial para la salud del cerebro.
Esto se debe a que el 90% de la serotonina (que es un neurotransmisor clave responsable de la regulación del estado de ánimo) se sintetiza en nuestro intestino. La deficiencia de serotonina provoca depresión y ansiedad.
El gluten inhibe la digestión y las partículas de alimentos sin digerir permanecen en nuestros intestinos. Sirven como alimento para bacterias y levaduras. Cuando la levadura crece demasiado, crea una capa que suprime la producción de neurotransmisores como la serotonina.
Las bacterias producen sustancias químicas que imitan a nuestros neurotransmisores que viajan desde el intestino hasta el cerebro. Esto provoca desequilibrios en el estado de ánimo como irritabilidad, depresión, ansiedad.
La mejor manera de comprobar si sufres de intolerancia al gluten es dejarlo durante 2 o 3 semanas y luego reintroducirlo en tu dieta. Tú mismo harás la diferencia, que será tu guía y un buen motivo para prestar atención a tus hábitos alimenticios.
